¿A qué problemática se enfrenta el colectivo?
Violencia estructural
El barrio también enfrenta condiciones complejas marcadas por la inseguridad, la pobreza, la desigualdad y la estigmatización. Estas formas de violencia estructural no solo afectan el entorno, sino que impactan directamente la vida de niñas, niños y jóvenes, limitando sus oportunidades y afectando su bienestar emocional, social y educativo.
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En medio de estas tensiones, Cinjudesco trabaja con compromiso y creatividad. Su labor no solo propone alternativas culturales y pedagógicas, sino que también lidia día a día con los límites impuestos por el propio contexto: la falta de recursos, el abandono institucional y las narrativas que estigmatizan a la comunidad. Aun así, su apuesta se sostiene con fuerza: abrir espacios donde el arte, la palabra y el afecto sean herramientas para transformar realidades, fortalecer vínculos y sembrar esperanza.


Limita el impacto y la sostenibilidad de las acciones del colectivo
Cinjudesco opera con recursos limitados, sin apoyo estatal constante ni patrocinio privado suficiente. Esta realidad ha llevado al colectivo a sostener gran parte de su labor gracias al voluntariado, la autogestión y la solidaridad de la comunidad. Cada actividad que se realiza es fruto del compromiso de quienes creen en el poder transformador del arte y el trabajo colectivo.
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Desde donaciones espontáneas hasta esfuerzos personales de sus integrantes, Cinjudesco ha logrado mantenerse en pie, creando espacios seguros y significativos para niños, niñas y jóvenes. Su experiencia demuestra que, aun con poco, es posible hacer mucho cuando hay convicción, afecto y un profundo sentido de lo común.
Construyen un futuro donde el estado a menudo no llega



